aquel gorrión con tupé blanco tenía razón. con la suerte no se negocia. al menos si no quieres perder la más tremenda de las oportunidades.
"mira cipote: nunca traiciones al destino. sorpréndelo y verás que es bien nacido", me dijo el pájaro barrigón mientras le miraba el culo a su gordita de toda la vida.
y como el tiempo no entiende de barcos, y mucho menos de trenes, nos encomendamos a cuatro ruedas para recibir el año, desde sagres, una hora antes que todos los demás.
entonces llegó el regalo. dos días que se disfrazaron de cinco y en los que le tomamos el pelo al frío.
tormenta de alcohol, temporal de palabras y paseos en los que el fado nos cosió la boca, y lisboa los ojos.
david, filipa, bárbara y ana nos quemaron el alma.
"mira cipote: nunca traiciones al destino. sorpréndelo y verás que es bien nacido", me dijo el pájaro barrigón mientras le miraba el culo a su gordita de toda la vida.
y como el tiempo no entiende de barcos, y mucho menos de trenes, nos encomendamos a cuatro ruedas para recibir el año, desde sagres, una hora antes que todos los demás.
entonces llegó el regalo. dos días que se disfrazaron de cinco y en los que le tomamos el pelo al frío.
tormenta de alcohol, temporal de palabras y paseos en los que el fado nos cosió la boca, y lisboa los ojos.
david, filipa, bárbara y ana nos quemaron el alma.